Érase una vez, en una casa de campo, a las afueras del pueblo, vivía una familia que tenía un hijo (Javier) y una hija (Siofía).Un día, sus primos, (Eduardo, María y Álvaro), fueron a pasar unos días con Javier y Sofía, porque donde Eduardo, María y Álvaro vivían estaba en guerra. Una mañana, después de desayunar, los niños se fueron a jugar un rato por el campo. Todo parecía ir bien, hasta que Álvaro tropezó con una piedra, y se cayó en una especie de pozo (no muy profundo).Rápidamente todos los niños fueron a ayudar a Álvaro, pero éste no quería que lo subieran.
-¡Estoy bien!. Tenéis que bajar y ver lo que yo veo-gritó Álvaro.
Los demás niños consiguieron unas cuerdas, y cuando lograron bajar al pozo, vieron que había un túnel, y como niños que eran, sentían mucha curiosidad, sobre a donde llevaba. Así que los cinco niños, sin pensarlo mucho, se metieron en aquel inexplicable pasadizo, y cuando por fin llegaron al final, vieron una puerta, y la abrieron. La luz del sol iluminó sus caras, pues estaban en una playa, todos se sorprendieron mucho, sobre todo Javier y Sofía porque nunca habían visto una playa. Todos corrieron a la playa, se quitaron sus zapatos y se metieron en el agua.
Después de jugar un rato, Javier avisó a los demás de que estaba anocheciendo. Pensaron que lo mejor era regresar a casa y volver a la playa al día siguiente. Decididos fueron a la puerta, que estaba en el tronco de un árbol, pero ninguno consiguió abrirla. Desesperados, y sin saber lo que hacer, volvieron a la playa. Sofía empezó a llorar y a rezar, cuando de repente oyeron una voz que les decía que tenían que superar una prueba para poder volver a casa. Los niños muy confusos, le preguntaron a esa extraña voz, que qué prueba tenían que supoerar. La voz, les dijo, que tenían que hacer ´reír a un marcianito, llamado Don Risto. Que llegó, a la playa mágica, hace mucho tiempo, en una nave, la nave de Risto no tenía combustible de la risa, con ese combustible la nave funcionaba. Todos los niños intentaron hacer reír al marciano, de los cinco muchachos el que hizo que Risto se riera fue Eduardo.
Risto, estaba muy agradecido porque su nave ya tenía combustible, por eso Risto les concedió un deseo a cada niño. Sofía pidió, que la puerta se abriera, Javier, una piscina, Eduardo, que la guerra acabase, María, vivir con sus padres y su hermano en un chalet y Álvaro, una foto de Risto.Los niños se fueron a casa muy contentos y algo cansados, sus padres les preguntaron dónde habían estado, los niños les respondían siempr en la playa, pero los padres seguían sin creer a los niños. Al final el marciano antes de irse se les apareció a los padres y de este modo los padres creyeron lo que les decían sus hijos.
CARMEN MARTÍNEZ PEÑALVER
Alumna de Sexto
Preparados....listos....yaaaaa: ¡Por fín está aquí nuestro blog! Este es el diario virtual de los alumn@s de 3er ciclo del Santa Rosa de Lima (¡el mejor cole del mundo!) Poco a poco os iremos contando como es nuestra vida escolar..qué estudiamos, qué sitios visitamos,qué leemos... es decir, todas las actividades que realizamos en el colegio y....¡son muchas! ¡Esperamos que os guste y nos escribáis muuuuchos comentarios!
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